El Canigó es una de las últimas grandes montañas orientales de los Pirineos antes de que la cordillera pirenaica desapareciera en el mar Mediterráneo. Esta majestuosa cumbre catalogada como Gran Paraje del Macizo del Canigó se encuentra a medio camino entre el mar y las montañas más altas del Pirineo Catalàn, donde te van a ofrecer una combinación de paisajes abruptos de alta montaña con bosques húmedos de hayedos atlànticos y ambientes más secos. Caminos llenos de historia y paisajes con vistas a las aguas mediterráneas. Se trata de un recorrido circular por refugios de alta montaña, herencia de la actividad minera, que te dejará cobijo en las noches ventosas de esta tierra a andadas del Conflent y Vallespir.
Históricamente el Canigó ha sido una montaña que formaba parte de las comarcas norteñas de Catalunya y su historia se encuentra en grandes libros y autores que han hecho referencia al faro geográfico que representa el Canigó. En verano, una montaña aislada del resto, y en invierno, completamente blanca. Grandes valles y laderas escarpadas donde su techo llega a los 2784 metros por encima del mar. Su ubicación, entre los Valles du Tech y el Valle de la Tet y cerca de la misma ciudad francesa de Perpinyà, y donde las panorámicas nos dejan ver desde el Golfo de León hasta las tierras nortes de Catalunya, una belleza en conjunto.
El Tour del Canigó consta de más de 63 km donde se llegan a los 4000 metros acumulados positivos y en la misma Ruta, se asciende a la cima del Canigó, a 2784 metros. Cuatro jornadas de Ruta que te permitirán ver las diferentes vertientes de la montaña y donde gracias a la enorme cantidad de refugios, algunos libres y otros guardados, ofrecen una gran flexibilidad a la hora de planificar el Tour del Canigó.
El gran número de refugios y sitios para pasar la noche no te tiene que hacer olvidar que estás en un macizo de alta montaña que llega cerca de los tres mil metros de altitud. Eso implica una buena planificación de los materiales que llevar en la mochila y una buena ventana meteorológica para realizar la Ruta, dónde el mal tiempo y unas rachas de viento fuertes son constantes en esta montaña del Pirineo oriental. A finales de primavera y verano pueden ser buenos meses para realizar el Tour. En invierno y otoño, suele aparecer la nieve con un viento frío del interior del país francés.
La dificultad que se le otorga a la Ruta es porque al ser alta montaña es necesario un buen equipamiento y estar atentos en los metros finales de la ascensión. Hay un punto que se le llama la Chimenea del Canigó que representa un pequeño paso antes de llegar a la cumbre. No tiene dificultad, pero sí que es necesario estar alerta. El camino, marcado, es por donde pasa el GR 11 y dónde verano tras verano lo pisan centenares de personas. La Ruta restante no tiene dificultades añadidas.
Como he comentado anteriormente, el Tour del Canigó se encuentra cerca de la ciudad francesa de Perpignan. De la capital del “Roussillon” hasta el refugio que da comienzo al Tour, el Refugio de Batere, hay poco más de una hora en coche y 45 minutos hasta la población a los pies del refugio, Arles. Aparecen facilidades con transporte público si se requiere.
En el norte se encuentra el refugio de Les Cortalets, al oeste, el refugio de Marialles, al sur el de Les Conques y al este el refugio de Sant Guillem, todos ellos guardados. Peró existe la posibilidad de que duermas en refugios libres o antiguas cabañas de pastores que hoy mismo se encuentran abiertas. Algunas de ellas son accesibles, como es el caso del refugio Pinatell o del de Argó (entre muchos), donde te van a ofrecer una alternativa flexible siempre y cuando se lleve el material adecuado para la pernoctación.
Recomiendo firmemente que el avituallamiento sea en cada inicio y final de etapa, es decir, usando los refugios guardados como puntos de agua y alimento. Es necesario que recargues energía y la mochila para tener suficientes provisiones a lo largo de las horas de caminata, ya que va a ser difícil encontrar provisiones en medio de las Rutas.
El macizo del Canigó lo tiene todo. Alta montaña, caminos rocosos, bosques frondosos, refugios escondidos y una cima que ha guiado generación tras generación a vertiente y vertiente de frontera. ¡Una montaña querida y con unos paisajes increíbles!


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